El 14 de septiembre se celebra la fiesta de la exaltación de la cruz. Como preparación, les propongo este poema de santa Teresa de Jesús, escrito para celebrar dicha festividad.
Así presentan el poema nuestros hermanos de Cipecar (centro de iniciativas de pastoral de la espiritualidad, con sede en Burgos):
Jesús va delante de nosotros, abrazando las cruces de nuestra humanidad, los dolores de todos los que sufren. ¡Cuánta ternura y compasión! La cruz, con Jesús, se convierte en fuente de vida. En la cruz muestra el amor hasta el extremo. Teresa de Jesús, canta los frutos de la redención. Teresa de Jesús nos invita, estemos como estemos, a poner los ojos en el Crucificado. Canta con un lenguaje desconocido para nosotros: La Cruz todos los males destierra de esta tierra. Es camino para el cielo. Es oliva preciosa, que con su aceite nos unge y nos da luz.
En la cruz está la vida y el consuelo,
y ella sola es el camino para el cielo.
En la cruz está "el Señor de cielo y tierra",
y el gozar de mucha paz, aunque haya guerra.
Todos los males destierra
en este suelo,
y ella sola es el camino para el cielo.
De la cruz dice la Esposa
a su Querido
que es una "palma preciosa"
donde ha subido,
y su fruto le ha sabido
a Dios del cielo,
y ella sola es el camino para el cielo.
Es una "oliva preciosa" la santa cruz
que con su aceite nos unta y nos da luz.
Alma mía, toma la cruz
con gran consuelo,
que ella sola es el camino para el cielo.
Es la cruz el "árbol verde y deseado"
de la Esposa, que a su sombra se ha sentado
para gozar de su Amado,
el Rey del cielo,
y ella sola es el camino para el cielo.
El alma que a Dios está toda rendida,
y muy de veras del mundo desasida,
la cruz le es "árbol de vida"
y de consuelo,
y un camino deleitoso para el cielo.
Después que se puso en cruz el Salvador,
en la cruz está "la gloria y el honor",
y en el padecer dolor
vida y consuelo,
y el camino más seguro para el cielo.
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