El matrimonio judío constaba de dos partes: el desposorio y el matrimonio, ya cuando los esposos se iban a vivir como casados... Aún más, la ley judía no veía tan severamente que estos “novios- esposos”, eventualmente tuvieran relaciones íntimas, como si fuera un pecado grave imperdonable, entre el desposorio (tiempo intermedio) y el matrimonio, porque estaban “casi” casados. Y si nacía un hijo de esta relación, se le consideraba hijo legítimo, por la ley. Viendo estas costumbres, entenderemos mejor que María quedó embarazada del Espíritu Santo, en el tiempo de sus desposorios con José (Mt 1,18-19).
San José lo sabía todo...
Ahora bien, lo más probable es que san José conocía bien lo que estaba sucediendo con María, porque Ella misma se lo comunicó, pues no existen razones serias para no hacerlo, máxime si estos esposos no tenían secretos que esconder y porque la Virgen María no se iba a quedar, como se dice, “con abejón en el buche”, es decir, que Ella se lo dijo todo a José y no se guardó este secreto tan delicado e importante para sí sola... Lo normal, pues, era comunicárselo a su esposo. José estaría enterado y al corriente del embarazo divino de su mujer. Entonces ¿por qué duda, siendo justo, como dice san Mateo?
La duda de José no fue acerca de la culpabilidad o inocencia de María, sino sobre el papel que él personalmente, tenía que asumir en esta situación. De allí que, para él, lo justo es dejarla, porque Dios se había fijado en Ella, pese a que era su mujer también. ¿Cómo competir con Dios por el amor de su esposa? ¿Podía tener al mismo Dios como contrincante? Pues no. Tampoco él podría apropiarse de un hijo que no le pertenecía, sino que era de Dios. Eso hubiera sido una injusticia.
A José el texto bíblico lo llama un hombre justo. En la Sagrada Escritura justo es el que se ajusta a la voluntad de Dios y eso es lo que san José quiere hacer.
Por eso, es que decide dejar a María. Siendo un hombre justo, no queriendo adueñarse de un hijo que no era suyo, y viendo que Dios había elegido a la misma mujer, para que el mundo se salvara por medio de la concepción y nacimiento de Cristo, resuelve dejar libre a María de su compromiso (dejarla en secreto divorciándose), para que Ella haga su vida y quedara libre de él. No quiere interponerse entre Dios y María. Ser justo en la Escritura es ajustarse a la voluntad de Dios. Es lo que san José intenta hacer.
Estaba pensando en eso, cuando recibe el anuncio del ángel del Señor, que le dice que no tenga miedo (es decir, escrúpulos) en recibir a María, su mujer, es decir, celebrar el matrimonio como tal, después del tiempo de los desposorios y hacerse cargo del niño Jesús (ponerle nombre), indicando con eso que es su padre aquí en este mundo y que Dios se lo confía.
En otras palabras, Dios Padre le pide a José que se quede con María, que se case con Ella y que sea padre de Jesús, pues estaba dentro de sus planes de salvación, que él no debía quedarse por fuera. Máxime que, siendo de la familia o la dinastía del rey David, al adoptar a Jesús como hijo, automáticamente el Hijo de Dios pasaba a formar parte de la familia de David, ser su descendiente, su retoño, y nacer de este linaje, como “hijo de David” también (Mt 1,1-17).
Y José entra en la voluntad de Dios (por eso se dice que es justo), acoge este niño y a su madre como un esposo en castidad, aunque esto rompe los planes que él tenia para su matrimonio: tener muchos hijos con María.
Este pasaje de la pelicula el Nacimiento nos muestra algo de esto.
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